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Pérdidas de orina en saltadoras de trampolín, ¿mito o realidad?

Tras el popular dicho me meo de la risa se esconde una disfunción que la sociedad ha normalizado como son las pérdidas de orina al esfuerzo. Se estima que afecta a un tercio de la población femenina y cuya incidencia es muy alta en jóvenes deportistas. La pérdida de orina ocurre cuando aumenta la presión intra-abdominal, es decir, durante momentos de esfuerzo como por ejemplo al reír, estornudar, toser y especialmente al saltar. Pero, ¿qué nos dice la ciencia sobre saltos e incontinencia urinaria de esfuerzo? ¿Sabemos si existe relación entre las actividades que implican saltos y las pérdidas de orina? En el siguiente artículo arrojamos un poco de luz en un tema que ha suscitado siempre mucho interés debido a las escalofriantes cifras de incontinencia encontradas en jóvenes saltadoras de trampolín.

 

Una revisión sobre ejercicio físico-deportivo e incontinencia urinaria de esfuerzo en mujeres publicada en la British Journal of Sports Medicine (Goldstick & Constantini, 2014) revela que la prevalencia de incontinencia en la mujer físicamente activa o deportista varia entre el 28% al 80% debido a diferentes variables como las horas de entrenamiento, tipo de actividad física y la co-existencia de otros factores de riesgo. Los mayores porcentajes de perdida de orina pertenecen a actividades de alto impacto como la gimnasia y específicamente al salto de trampolín.

 

Deportistas y pérdida de orina

 

Un estudio realizado con jovencísimas saltadoras de trampolín describió una escandalosa incidencia de 80% de pérdidas de orina (Eliasson, Larsson & Mattsson, 2002). Ante estas cifras, los autores del estudio publicado en la revista Clinical Journal of Sport Medicine (Da Roza, 2015) quisieron analizar la hipotética asociación entre el nivel de rendimiento deportivo y volumen de entrenamiento con las pérdidas de orina de jóvenes trampolinistas. Hallaron que un 72,2% de las deportistas sufrieron pérdidas durante la práctica que se iniciaron tras comenzar dicha modalidad deportiva. Además, ratificaron una asociación significativa entre las horas de entrenamiento y la severidad de las pérdidas. Estos resultados apoyan la teoría de los efectos crónicos que el deporte de alta intensidad puede ocasionar a la función del suelo pélvico según palabras de los autores.

 

El salto de trampolín es una actividad en la que se llevan a cabo sucesivos saltos y acrobacias aéreas gracias a la propulsión sobre una cama elástica. Se ha descrito el salto como una acción que genera grandes fuerzas reactivas y presión sobre el conjunto músculo-conjuntivo del suelo pélvico. Las características de dicha actividad en conjunto con los años de menarquia, vida deportiva y horas de entrenamiento pueden ser las causas de la asociación significativa con una mayor severidad de las pérdidas.

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En la actualidad en los centros de fitness se están popularizando actividades dirigidas realizadas en mini trampolín o pequeñas camas elásticas. Un estudio realizado sobre un grupo de mujeres con una media de edad 30 años que asistía de forma regular a clases de Jump relató un 37,5% de pérdidas de orina. Así, también se encontró una probabilidad significativa de padecer incontinencia con el volumen de práctica (Pereira & Gomes, 2012).

 

Prevención y ejercicio para eliminar la presión

 

Ante esta problemática la mejor medida es la prevención y atención temprana por parte los profesionales y las deportistas para poder implantar medidas y protocolos que minimicen el impacto sobre el suelo pélvico. Las mujeres que practican actividades físicas intensas con saltos continuos pueden consultar con especialistas y cuidar de su suelo pélvico con estos sencillos consejos.

 

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