La riqueza de la metodología de enseñanza de Low Pressure Fitness se encuentra tanto en los aspectos y fundamentos generales como en los detalles a tener en cuenta para el diseño de una sesión práctica. En un anterior artículo repasamos la importancia de la progresión de la sesión LPF y en esta ocasión profundizamos de la mano de la LPF-Coach Olga García, especialista de la Wall-Series, cómo pensar la sesión LPF.
Puede que una de las claves del éxito e inclusión de LPF en universidades y centros sanitarios sea la visión integradora del método, derivado de la fusión de la técnica hipopresiva junto con la reeducación postural y respiratoria, el stretching miofascial y las técnicas de espiral basadas en la neurodinamia. Pero, sobre todo, puede que el gran secreto de LPF sea la enseñanza de los LPF-CT, “no es mejor maestro el que más sabe, sino el que mejor enseña”. En efecto, tras la sesión de LPF se esconde una aplicación pormenorizada de todas las variables implícitas en el diseño de una sesión práctica: tiempos y ritmos, tipo y puesta en tensión postural, pautas y ejercicios respiratorios, nivel de exigencia, objetivos planteados, prioridades, particularidades de cada practicante, combinaciones de ejercicios, evolución y progresión de la enseñanza y del aprendizaje, … y, por supuesto, todo ello tras una adecuada valoración inicial de cada practicante.
Ante estas premisas es evidente que el LPF-CT debe ser capaz de responsabilizarse de la toma constante de decisiones y planificación del entrenamiento. LPF se diferencia de otras actividades de fitness que ya ‘te dan la chuleta de las clases del mes’ y en donde el entrenador/a es un mero transmisor que no participa en el diseño de la sesión. Desde LPF se fomenta el enriquecimiento y capacidad creativa que el método puede experimentar cuando el LPF-CT utiliza el razonamiento, la decisión, la visualización, la creatividad…. en definitiva, cuando está dispuesto a pensar y crear.
Herramientas con las que contamos
El análisis de las distintas variables a manejar para el diseño de una sesión de LPF y sus múltiples combinaciones hacen que podamos encontrarnos con innumerables propuestas. Os presento un esquema a modo de ejemplo de aquello que debe ser tenido en cuenta:
- Duración y contenido de cada parte de la sesión: el calentamiento para asentar fundamentos, la parte principal para el desarrollo de los ejercicios de LPF y la relajación para recuperar la calma.
- Objetivos prioritarios: posturales, respiratorios o de descarga visceral.
- Objetivos complementarios: movilidad, equilibrio, stretching miofascial, propiocepción, reequilibrio del sistema nervioso autónomo (simpático-parasimpático), recuperación postparto, rendimiento deportivo..
- Posturas, transiciones, ejercicios: carga –descarga por ejemplo.
- Herramientas e implementos: como la que añade la Wall Series
- Tipo de Secuencia de ejercicios: orden, número de repeticiones y transiciones entre ellos.
- Posibles ritmos respiratorios en relación a la duración de ins-exhalación: 2-3, 2-4, 3-6, otros.
- Cualidad de la exhalación: pasiva, resistida y forzada.
- Aspectos relacionados con la apnea y el vacuum: ejercicios con o sin apnea, duración, apneas en estático o en dinámico, número de respiraciones entre las apneas . Preparación para el vacuum y observación de la cualidad del mismo en cada alumno.
- Movilización de la columna o de sus segmentos (cervical, dorsal, lumbar): flexión, extensión y rotación.
- Movilización de brazos: distintas alturas, posición de cada una de las articulaciones del miembro superior, simetría y asimetría. Tipo de espiral de brazo.
- Puesta en tensión postural: baja, media y alta.
- Cadenas musculares implicadas: anterior, posterior, laterales y cruzadas, con simetría o asimetría.
- Tipo y características de cada practicante.
Dispuestos a pensar
Para englobar y ampliar el análisis anterior os propongo una serie de preguntas a plantearse a la hora de diseñar la sesión:
Si ponemos la atención en las posturas de LPF:
- ¿Priorizamos objetivo postural o descarga visceral?
- ¿Qué cadenas musculares implicamos?
- ¿Qué tensiones posturales hay que destacar en cada momento de la sesión?
- ¿Qué tiempo se dedica a cada postura, con qué orden y cuáles son las posibles transiciones entre ellas?
Cuando la atención se presta al movimiento:
- ¿Qué movimiento y qué rango se debe aplicar en cada articulación de las extremidades y en cada segmento de la columna vertebral?
- ¿Qué movilización neurodinámica del plexo braquial y sacral pretendemos movilizar y qué interfaces implicamos?
A la hora de planificar la respiración:
- ¿Qué tiempo se dedica a la inspiración y a la exhalación si nos basamos en su relación con la actividad simpática o parasimpática en cada momento de la sesión?
- ¿Cuándo decidimos dar más protagonismo a la musculatura inspiratoria o a la expiratoria?
- ¿Qué duración le damos a cada periodo de apnea y a las fases intermedias?
Desde el punto de vista de la organización temporal en el desarrollo de las rutinas de LPF:
- ¿Qué objetivos a corto y medio plazo se fijan?
- ¿Qué evolución y qué progresiones son posibles?
- ¿Cuántas sesiones semanales se realizarán y de qué duración?
- ¿En qué momentos realizamos las valoraciones y qué variables analizaremos en cada uno de ellos?
En relación otros aspectos organizativos de la sesión:
- ¿Cuántos integrantes habrá en cada sesión (individual, grupo reducido, clase colectiva)?
- ¿Qué cuestionarios, valoraciones iniciales y controles posteriores realizamos?
- ¿Qué recomendaciones y propuestas de mejoras de hábitos saludables serían apropiadas para cada alumno?
En lo sutil está la diferencia
En todo lo anterior tienen cabida los aspectos más sutiles que son los que ayudan a marcar la diferencia de un profesional LPF certificado:
- El cuidado de la palabra y de la correcta transmisión de las instrucciones verbales.
- Elegancia y precisión en los movimientos.
- Cuidadoso y efectivo empleo del tacto para las correcciones posturales.
- Crear un entorno agradable atendiendo las cuestiones físicas: calidad de los materiales, temperatura, humedad, luz y horario adecuados.
- Mantener un ambiente grato a través del cuidado de las sensaciones que van a ser percibidas: una entonación agradable y rítmica, calidez y entusiasmo en la mirada, motivación, complicidad y respeto en los gestos, …
- Conocimiento de la situación particular de cada alumno tanto desde el punto de vista físico como emocional para poder trabajar con empatía y así acompañarles en el logro de sus propósitos.
- Mostrar una constante implicación, dedicación y responsabilidad; además de evolucionar a través del estudio, la observación y el aprendizaje en aras de mejorar el conocimiento y poder ofrecerlo como ayuda a nuestros alumnos/as.
Las anteriores consideraciones serán de gran utilidad para diseñar la sesión ideal, estando encaminadas al correcto aprendizaje e integración de la técnica de LPF. Como todo entrenamiento y proceso educativo, tras su éxito se esconde un buen maestro que nunca deja de aprender. Desde LPF apostamos por la mejor calidad formativa y profesional para crear una experiencia única. Cuéntanos tu #LPFexperience escribiéndonos a [email protected] o un WhatsApp al 690 725 109.
Autora:
Olga García Rodríguez, LPF-Coach