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Disfunción sexual femenina: trastorno del orgasmo – anorgasmia

La disfunción sexual femenina es un problema real, serio y a la vez muy complejo de abordar. La sexualidad de la mujer está determinada por múltiples factores que incluyen el estado de salud físico, psicológico, la relación con la pareja sexual e incluso el estilo de vida. Aunque no se hable de ello, un porcentaje muy elevado de mujeres se ven afectadas negativamente por su salud sexual y consecuentemente su calidad de vida se ve mermada.

 

Entre las disfunciones sexuales femeninas más comunes nos encontramos con el trastorno orgásmico femenino o más conocido como “anorgasmia”. En el siguiente artículo os contamos las causas por las que ocurre el trastorno orgásmico en la mujer y cómo tratarla.

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Tipos de Disfunción Sexual Femenina

 

¿Qué es el trastorno orgásmico femenino?

 

El trastorno orgásmico femenino es la disfunción sexual femenina más prevalente. De hecho, se estima una incidencia de entre un 5 y un 40% en las mujeres españolas (Vázquez et al., 1991). La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psiquiatría lo definen como:

 

 “la dificultad persistente, recurrente o ausencia de alcanzar un orgasmo después de una fase de excitación sexual normal que causa angustia personal”.

 

El criterio de diagnóstico requiere de falta de orgasmo habiendo habido una correcta estimulación sexual durante al menos seis meses. Los distintos tipos de trastorno por orgasmo se clasifican según:

  • El inicio. La ausencia total de orgasmo (de toda la vida) se conoce como trastorno por orgasmo primario y si fue adquirido se conoce como trastorno orgásmico secundario.
  • El contexto. Sucede en general (generalizado) con independencia del contexto o en ciertas situaciones concretas (situacional).
  • Factores etiológicos. Pueden ser factores psicológicos o una combinación de ellos; causas fisiológicas como enfermedades como la diabetes, ingesta de sustancias como alcohol, drogas o medicamentos; factores culturales como la educación o religión y; factores relacionados con las relaciones interpersonales.
  • Nivel de afectación. Si afecta personalmente de forma leve, moderada o severa.

 

Disfuncion-sexual-anorgasmia
Modelo biopsicosocial del Trastorno Orgásmico Femenino

 

  1. Causas Médicas

La neurofisiología del orgasmo es un proceso bastante complejo resultado de la actividad sexual (sensación física) y el nivel de excitación (conciencia) (Lawrence et al., 2015). Así es que cualquier alteración orgánica o funcional que interfiera con alguno de los múltiples mecanismos implicados, puede ocasionar la inhibición de la respuesta orgástica. No obstante, parece que sólo en un pequeño porcentaje de las anorgasmias aparecen factores de carácter orgánico. El resto se debería a causas psicológicas, socioculturales o una combinación de ambas. Cabe destacar que el envejecimiento y los cambios hormonales están también relacionados con una bajada de la respuesta y actividad sexual. De entre los distintos problemas médicos enfermedades o que influyen en el trastorno por orgasmo nos encontramos con las de tipo:

 

  • Neurológico o inmunológico: esclerosis múltiple, fibromialgia, párkinson, demencia, etc.
  • Endocrino: hipogonadismo, diabetes, hiper o hipotiroidismo.
  • Cáncer: de mama de colon de ovario, de vejiga.
  • Gastrointestinal: colon irritable, enfermedad de Crohn.
  • Uroginecológico: endometriosis, cistitis intersticial, parto, prolapso, vulvitis, dispareunia, vaginismo. En un anterior artículo os contamos cómo las disfunciones de suelo pélvico influyen en el sexo.
  • Enfermedades de transmisión sexual: herpes genital, virus del papiloma humano, sífilis, clamidias.
  • Medicamentos y otras sustancias: Alcohol, tabaco, antidepresivos, antiepilépticos, antihipertensivos, antiandrogénicos, opiáceos.

 

  1. Causas Psicológicas

Ya hemos visto que un porcentaje muy bajo de problemas con el orgasmo se deben a causas orgánicas. A continuación vamos a ver los factores psicológicos más comunes:

 

  • Estrés o ansiedad. El estrés afecta a todas las dimensiones vitales, y como no en la sexualidad, ya sea estrés por circunstancias de la vida o estrés ante las relaciones íntimas.
  • Estrés postraumático. Por ejemplo en caso de experiencias más graves como abusos sexuales o violaciones suele haber en un porcentaje elevado problemas de diverso índole sexual relacionados con el dolor, la aversión sexual, la excitación y el orgasmo.
  • Depresión. La prevalencia de problemas sexuales en personas con depresión es doble que en la población sin dicha enfermedad. La depresión afecta a la insatisfacción vital, al estado de ánimo, energía e interés en la actividad sexual en gran medida. La depresión además afecta a la respuesta sexual y la capacidad de lubricación y orgásmica. Durante el postparto hay una alta prevalencia de depresión conocida como depresión postparto en la que los cambios sufridos en el suelo pélvico junto con los cambios vitales de esta etapa pueden afectar especialmente a las relaciones sexuales. Por si no fuera poco, las medicaciones antidepresivas tienen entre sus efectos secundarios la reducción de la función sexual. Con todo esto, la depresión se convierte en una de las mayores enemigas del orgasmo.
  • Autoestima y autoconcepto. Una baja autoestima tampoco va a ayudar en la resolución orgásmica ya que el autoconcepto y estima que tenemos de nuestro cuerpo o rendimiento sexual puede generar mucha inseguridad. La intimidad propia del encuentro sexual y la desnudez conlleva que tengamos seguridad en nuestra imagen. Pero, en la sociedad actual en donde a la mujer se le exige unos cánones de perfección casi irreales tener una autoestima alta no es tarea fácil. Seguro que muchas hemos dudado de nosotras mismas en algún momento. Este factor se retroalimenta de forma negativa enormemente por contexto cultural y social.
  • Trastornos como el bipolar, alimentarios o psicosis. Otros trastornos mentales y las medicaciones psicotrópicas también afectan a la función sexual en un amplio porcentaje.

 

  1. Causas socioculturales

A pesar de encontrarnos en el siglo XXI, la castración de la cultura, sociedad, religión y educación sigue jugando un papel protagonista en la sexualidad femenina. Las creencias sexuales y la culpabilización social son factores que subyacen tras muchos de los problemas sexuales. La culpabilidad puede venir de pensar que el sexo es algo sucio y pecaminoso o incluso de sentirse culpable por no alcanzar el orgasmo idílico de las películas pornográficas.

 

  • Educación sexual. Es comprensible que una educación sexual reprimida por ejemplo en ambientes muy conservadores no facilita una mentalidad más abierta y de dejarse llevar durante el acto sexual. ¡Para conseguir un orgasmo o disfrutar en las relaciones necesitamos pensamientos positivos, no estigmas o represiones! Incluso en contextos religiosos la sexualidad es sinónimo de pecado. Nuestra mente entra en conflicto porque hay una oposición entre lo que nos apetece en ese momento o lo que nos pide el cuerpo hacer y el sistema de valores educativos. El autoconocimiento de nuestro cuerpo, de nuestro suelo pélvico y genitales también es muy importante a la hora de alcanzar relaciones sexuales satisfactorias y evitar actitudes negativas hacia la la autoexploración o masturbación.
  • Cultura. En nuestra cultura occidentalizada no hace tanto que en el terreno sexual la mujer estaba (y sigue estando) en segundo plano y al servicio del hombre. Nuestra misión era satisfacer a nuestra pareja y daba igual nuestra propia satisfacción. A partir de la década de los 60, y mucho más en los 70 y 80 esto empezó a cambiar con la llamada revolución sexual. Esta liberación se dio en muchos países occidentales y desafiaban la moral sexual imperante en ese momento. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer en este sentido.
  • La sociedad. La sociedad y los medios de comunicación como la publicidad, música, cine, etc se han convertido un arma de doble filo. Hablamos con naturalidad del sexo con amigas y amigos. En la publicidad o cine se muestran imágenes sexuales explícitas y de forma habitual. Sin embargo, esto ha creado mucha presión en tener relaciones sexuales al estilo del cine o las películas pornográficas. Cuerpos perfectos, estar impecable siempre, llegar al orgasmo a la vez que la pareja etc… Ahora lo que se ha convertido en tabú es reconocer públicamente que no se ha sentido orgasmo. Eso genera ansiedad, inseguridad y autoestima más baja y esto vuelve a ser un factor de retroalimentación negativo.

 

  1. Causas interpersonales

Y como no, también influyen los problemas de pareja y la calidad de la relación sexual. Algunos estudios se han centrado en la anorgasmia coital poniendo de manifiesto que entre el 50 y el 75% de las mujeres no tienen orgasmo durante el coito pero sí bajo otras circunstancias. Las dificultades se puede presentar solo durante cierto tipo de estimulaciones, en determinadas situaciones o con ciertas parejas. Si el caso es que hay dificultades de llegar al orgasmo con la pareja, pero no a través de la auto-estimulación el problema no radica en el orgasmo sino en la adecuada estimulación.

 

Disfuncion-sexual-anorgasmia
5 beneficios del orgasmo

 

¿Cómo tratar la anorgasmia?

Al constituir un problema multifactorial como hemos visto, el abordaje debe ser multidisciplinar desde lo biológico, pasando por lo psicosocial hasta llegar a lo relacional. De este modo, el abordaje desde el modelo biopsicosocial y desde varios ámbitos profesionales es el más acertado (Faubion & Rullo, 2015).

 

Hay que tener en cuenta una de las barreras iniciales más grandes en el tratamiento es la vergüenza en consultar o hablar sobre un tema tan íntimo. Sin embargo, si no se busca ayuda el problema con el tiempo empeora siendo cada vez va a más difícil de consultar y por lo tanto tratar.

 

Casi todos los casos de anorgasmia suelen ser por una combinación de factores por lo que varios ámbitos se encargan del tratamiento como son la psicología, psiquiatría, sexología, fisioterapia, educación, etc. De los tratamientos más comunes y que han mostrado ser efectivos se encuentran:

 

  • Terapia de pensamientos sexuales positivos. Se centran en eliminar los pensamientos negativos hacia el sexo o prejuicios y en trabajar la autoestima y la propia imagen.
  • Terapia de pareja.
  • Auto-estimulación (vibración, manual..).
  • Ejercicios para reducir la ansiedad.

 

Ejercicios de entrenamiento y auto-conocimiento del suelo pélvico.

La combinación cuerpo-mente: terapia psicológica y terapia del suelo pélvico es una fantástica opción para el abordaje de problemas del orgasmo. En el caso del auto-conocimiento y exploración genital, entrenamiento del suelo pélvico, aprendizaje de la auto-estimulación recomendamos la ayuda de un fisioterapeuta del suelo pélvico.

 

Si te has sentido identificada con algunos de los anteriores puntos, no dudes en acudir a un profesional y si quieres compartir tu experiencia ponte en contacto con nosotros en [email protected]

 

 

Referencias

Faubion S,  Rullo J. Sexual Dysfunction in Women: A practical approach. American Family Physician, 92(4), 2015

Jenkins, L. & Mulhall J. Delayed orgasm and anorgasmia. Fertility and Sterility 104(5), 2015

Váquez C, Graña JL, Ochoa EFL. Trastornos Sexuales. En: Fuentenebro F, Vázquez C, editores. Psicología médica, psicopatología y psiquiatría. Madrid: McGraw Hill, 1991.

 

 

Autoras

Paloma González Cenjor, Psicóloga y LPF-Coach
Tamara Rial, PhD, CSPS, Co-fundadora de Low Pressure Fitness

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